Los petimetres multirecursos
Oscar dejó a la intemperie su Lalamatic con la mala suerte que llovió
y estuvo afónico.
Dio clases como pudo, haciéndose entender por señas,
y recuerdo que graficó Atlantes, con sus avenidas y sus plazoletas.
El director interrumpió la clase, era rubicundo, jovial y gordote.
Nos mostró su nueva ala a chorro que hacía Groenlandia-Lugano
en un periquete.
El profesor sostenía su mirada con bondad.
Luego contó lo de su Lalamatic.
Afuera caían las primeras lágrimas.
Oscar dejó a la intemperie su Lalamatic con la mala suerte que llovió
y estuvo afónico.
Dio clases como pudo, haciéndose entender por señas,
y recuerdo que graficó Atlantes, con sus avenidas y sus plazoletas.
El director interrumpió la clase, era rubicundo, jovial y gordote.
Nos mostró su nueva ala a chorro que hacía Groenlandia-Lugano
en un periquete.
El profesor sostenía su mirada con bondad.
Luego contó lo de su Lalamatic.
Afuera caían las primeras lágrimas.